Lecciones de moralidad o el coño de tu prima

21.08.2014 10:20
 
 
El gobierno o algunos de sus integrantes, no sabemos si para despistar a un ciudadano asustado por la llamada "crisis económica", se ha dedicado este Agosto a decir más tonterías de lo habitual. Pero no son tonterías inocentes, saben que tienen su público.
 
Así Soraya y Cospedal diciendo en tono de colegio de monjas franquista que “violar a una prostituta no es delito” o otra diputada del PP defendiendo “EL toro de la Vega” porque ya no les cortan los testículos son algo más que “vanalidades”. Van dirigidas a un ciudadano empobrecido material e intelectualmente como forma de señalar a gente a la que hacer daño, ese daño que hacen con sus expedientes de regulación de empleo, sus hachazos a la cultura y la educación, su desprecio a las huelgas y manifestaciones. En fin, que a pesar de la sesión de maquillaje, estamos ante la misma derechona fascista y bocazas que mató a Lorca después de llamarlo en público o en privado “El maricón de la pajarita”
 
Estas diputadas del PP presumiendo de moral, cuando hay pocos ayuntamientos de los suyos donde no haya habido desfalcos a gran escala, darían risa si estuviéramos en otros tiempos en los que opinar no fuera un peligro para la salud y la seguridad en la vivienda, el empleo, la sociedad. En las que los que la pluralidad informativa no empezará a ser un lujo. 
 
El PSOE no hace más que callar y poner orden en sus filas con un nuevo candidato tan joven como cercano al centrismo mercantilista. Es decir, con mejores maneras, otro esclavo de los dictados económicos de la Europa de hoy. Imágenes como la policía rodeando el congreso o el ministro de Cultura ausente de los Goya nos retrotraen a estampas de otro tiempo. Por si alguien no sabe lo que fue la dictadura vienen los cachorros del PP, brazo en alto, a recordárnoslo con todo detalle. 
 
Las declaraciones racistas de Ana Botella, homófobas del Ministerio del Interior, o machistas de Soraya y “sus amigas”, nos ponen ante una evidencia. Estamos en manos de gente poco recomendable, peligrosa en todos los sentidos de la palabra. Su partido sabía lo del Gurtel como sabía lo de la saga Pujol pero calló por si les tocaba un pedazo de pastel. En fin que estamos ante un estado de excepción disfrazado de folclore derechista, acorde con lo que fue la Italia de Berlusconi, lo que es la Alemania de Merkel o la Rusia de Putin o lo que puede ser, si ese pueblo al que insultan- aquí y allí- no lo impide, “la Francia de Jean Marie Lepen”-