Necesito el amor. Pensar en lo sucio y en todas cosas esas que se dicen cuando vas borracho y la guapa de turno te pide un cigarro y tú le contestas que no. Maturbarme como si de un liturgia se tratara.
Necesito el amor. Leer a Henry Miller y comer melocotones en la terraza mientas escucho a Garnier. Destruirme muy lentamente porque sí, es lo lógico, es para lo que vivimos. Pudrición y muerte. Vacío y soledad. Orgasmo y adiós.
Necesito el amor. Declararle la guerra a la vida y escribir porque el mundo...(pongo cara de asco) putos políticos. Putos poderes financieros. Pillar dos gramos a precio de amigo y volver a redefinir el vértigo, el cielo azul sobre mi cabeza morena, la caída, los pájaros y toda esa mierda poética.
Necesito el amor. Caer al suelo después de ingerir kilos y kilos de yogur helado y reír. Reír mucho con el alma podrida y el miedo lejos, el miedo ausente, el miedo out. Contemplar a ESA persona una noche de mucho viento y luces extrañas. Verla dormir y y yo olerla, y yo ''joder, te quiero'', y tener que ir al baño y perderme en los pasillos porque no quiero encender la luz. Soñar, en definitiva con infecciones de orina y palabras feas, antidepresivos y eternas sonrisas.
Necesito el amor. ¿Porque estoy sólo? No. Necesito el amor porque él me necesita a mí.